El océano es uno de los hábitats más afectados por la contaminación plástica. Un estudio de la Fundación Ellen MacArthur publicado en 2022 indica que cada año se vierten hasta 8 millones de toneladas de plástico en el océano. Esta avalancha de residuos plásticos representa una amenaza física para la vida marina, que a menudo los ingiere o se enreda en ellos. Las bolsas plásticas se han encontrado en lugares remotos e inesperados, desde los casquetes polares hasta las profundidades del océano, e incluso en el monte Everest.

Si los patrones actuales de producción y consumo de plástico continúan, las consecuencias serán devastadoras para nuestra vida marina y todos los seres vivos del planeta. La Fundación Ellen MacArthur (una organización sin fines de lucro que tiene la misión de acelerar la transición hacia una economía circular) estima que para 2050 habrá más plástico que peces en el océano, y se proyecta que la basura marina perjudicará a más de 600 especies marinas. El 15% de las especies afectadas por la ingestión y enredamiento con basura marina plástica estarán en peligro de extinción, y casi el 99% de las aves marinas habrán ingerido plástico.

Oceana ha impulsado la Ley de Plásticos (Ley N° 30884), vigente desde el 20 de diciembre de 2018, que establece un marco regulatorio sobre el plástico de un solo uso. Aunque la ley ayudó a reducir en un 30% el consumo de bolsas plásticas en 2019, la falta de reglamentos técnicos y la poca fiscalización han limitado su efectividad. Es común encontrar establecimientos que siguen vendiendo plásticos desechables y tecnopor ilegalmente, a pesar de su prohibición desde diciembre de 2021.

Actualmente, la implementación de la Ley de Plásticos está a medio camino. Para que esta se aplique en toda su extensión y prohíba efectivamente el uso de sorbetes y otros utensilios no biodegradables o no reciclables, es necesario desarrollar los reglamentos técnicos pendientes. Hasta la fecha, solo se ha aprobado uno, que establece los requisitos para las bolsas de plástico biodegradables. La falta de fiscalización permite que el tecnopor siga inundando el mercado, ingresando como contrabando o siendo fabricado ilegalmente.

Rol de Oceana

Oceana participa en debates, proporcionando información científica sobre los impactos del plástico y recomendaciones para la implementación de la ley. También involucra a empresas en la gestión de residuos plásticos, promoviendo la Responsabilidad Extendida del Productor definida por la OCDE. A pesar de los desafíos, la Ley de Plásticos en Perú tiene el potencial de ser una de las más completas en Latinoamérica si se logra una adecuada implementación y fiscalización.

Un Esfuerzo Colectivo contra el Plástico

La solución para reducir el uso de plástico de un solo uso requiere la colaboración de todos, desde los consumidores hasta las empresas y el gobierno, trabajando juntos para implementar medidas efectivas en pro de construir un país más sostenible.